
No se extiende demasiado Luis, en esta ocasión, con la clasificación de los suelos borgoñones, o la distribución de los pagos, pasando en poco tiempo a la cata. Estos vinos tienen mucho que decir. En poco tiempo nos damos cuenta de que son vinos muy bien definidos, directos, correctamente estructurados, realizados con métodos muy clásicos. Aunque los hermanos Bachelet son muy jóvenes, también es cierto que son la tercera generación de una familia de productores borgoñones, y está claro que son fieles a la tradición.
El Domaine Bachelet-Monnot se encuentra cerca de Santenay, donde el padre de estos muchachos producía vinos hasta que se retiró, pasando a ayudar a sus hijos en esta nueva aventura. Una parte de los viñedos son propiedad de la familia, y otra está alquilada por un período de quince años. Su propósito es elaborar Puligny clásicos, con buena fruta cítrica, y una mineralidad acusada. ¡Y vaya si lo consiguen!
Comenzamos la cata con un tinto, el Bachelet-Monnot Santenay “Charmes” 2010. El vino está en principio algo cerrado, encontrando en él aromas de setas y monte bajo, con al aireación aparece fruta roja fresca. Aromas sencillos, agradables, y directos. En boca ataca con intensidad y volumen correctos, muy fresco, con un posgusto medio-largo en el que conviven notas cítricas con balsámicas y ciertos toques herbáceos. No está mal este vino, pero por los veintidós euros que vales se me ocurren competidores realmente serios. Muy bueno plus.
El tinto nos deja buen sabor de boca, pero pronto nos damos cuenta de que lo fuerte de esta bodega son los blancos. Comenzamos con el Bachelet-Monnot Bourgogne Blanc 2010. Un vino en el que aparecen pronto las notas de cedro, y ligeros lácteos, con la fruta algo oscurecida. Al airearse la fruta se define mejor con aromas de manzana, acompañada por limón, y ciertos toques ahumados. En boca es amplio y vertical, con una marcada mineralidad, y una acidez pronunciada, que destaca en cierta forma. Final cítrico y largo. Muy bueno.
Avanzamos con el Bachelet-Monnot Puligny-Montrachet 2010. Un vino cuya nariz me gusta, de nuevo aparece la manzana, con sutiles notas de mermelada. Con la aireación aparecen albaricoques y peras, y detrás algunas notas de frutos secos y sésamo que acompañan bien. Muy bien estructurado en boca, amplio y potente, con buena acidez. Tiene un final medio largo de carácter cítrico. Muy bueno plus.
Seguimos con el Bachelet-Monnot Puligny-Montrachet 1er Cru “Les Referts” 2010. Nos reciben aromas maduros de manzana, con notas cítricas de naranja ácida. Aparecen después albaricoques y aromas especiados, con algunas notas de cedro y ahumadas. La madera está aún un poco marcada. De acidez cítrica marcada, pero muy bien integrada, amplio y con fruta suficiente, graso. Posgusto frutal y ligeramente ácido, que es seguido por una gran fescura. Excelente minus.

Finalizamos con el Bachelet- Monnot Batard Montrachet 2010, el más modesto de los Grand Cru de Puligny, si modestia es un adjetivo apropiado para calificar unos pagos de tan tremenda calidad. El Bachelet-Monnot Batard Montrachet 2010 tiene un aroma muy mineral en el que destacan la tiza y el fósforo después de una acusada aireación, aparecen posteriormente aromas de fruta blanca (manzana y pera), junto con coco. En boca es un vino que me parece duro y de difícil acceso, pero con los componentes, fruta, acidez y estructura como para tener una enorme evolución.
Los hermanos Bachelet nos han mostrado, de la mano de Luis, su sueño borgoñon hecho una realidad disfrutable. Sus vinos me han encantado, y ya que dar por cumplida una empresa similar queda para mí en el terreno de la fantasía, me limitaré a tratar de que alguna botella de “Les Folatieres” duerma algunos años en mi bodega. Que barato es soñar, pero que caros son los sueños.