Inmerso en el mundo de los vinos, nunca había prestado la
atención a los destilados, que me parecían algo mecánico y poco interesante. No
fue hasta que conocí los productos de Santamanía en la presentación de bodegasFontana, que me surgió la curiosidad.
No veía llegar el momento de dar una vuelta por la
destilería, tras cruzar varios correos electrónicos por fin pudimos concertar
una cita. Llega el día señalado, y me pongo a buscar por las inmediaciones de
la dirección que me habían dado. Es una
calle particular, por lo que el GPS no me sirve de mucho. La pinta del lugar me
hace retrotraerme a la ley seca. Destilerías clandestinas situadas en
callejones con poca luz, esperando que de un momento a otro alguien me diga a
media voz con tono grave: “Dove vai?”
Nada más lejos de la realidad. Las instalaciones de
Santamanía son extremadamente pulcras, destaca en la habitación principal, no
demasiado grande, regordeta y algo cabezona, Vera. No se confunda el lector,
Vera es el nombre que los dueños de Santamanía le han dado al alambique. Un
prodigio de la técnica fabricado ex profeso en Alemanía para estos maníacos.
Porque estos tipos son unos maníacos. Unos maníacos de la
perfección. Unos maníacos de los productos de la más alta calidad.
Elaboran sus destilados en lotes de no más de 330 botellas,
porque para ellos es importante que los botánicos que se incorporan a su ginebra
sean frescos y de la más alta calidad, y esto no se puede hacer de forma
industrial.
Buscan los botánicos allá donde se producen en el mundo con
mayor calidad. Enebro de Macedonia, canela de Ceilán, cardamomo de Guatemala,…
Pensarás que se pasan la vida paseando de un sitio a otro. Te olvidas del
todopoderoso Google. Cada uno de estos productos los compran a importadores
españoles encontrados in moverse de la oficina. Son tiempos modernos.
Tienen otra manía. El alcohol con que producen sus
destilados procede de uva tempranillo, de esta manera, incluso su vodka tiene
unas leves notas de frutos rojos, que lo hace muy característico, y una
untuosidad muy particular.
Nos proporcionan algunos detalles técnicos como que destilan
siempre a 96º de alcohol, lo que hace que sus productos preserven de forma
especial su pureza y sus aromas. También nos indican que para diluir hasta los 40
grados utilizan agua de muy baja mineralización, filtrada por las rocas
volcánicas del Teide.
Por fin llega el momento de la cata. Nos proporcionan los
destilados a temperatura ambiente, con objeto de que los apreciemos con toda su
contundencia, especialmente en boca.
Empiezo con el Premium Vodka. La nariz la domina la potencia
del alcohol, pero sin embargo es cierto que se aprecian detrás tímidas notas de
arándano fresco. Donde rompe este vodka los esquemas es en boca. Suave y
cremoso. Por supuesto cálido, pero con una cierta elegancia, apreciándose un
ligero retrogusto balsámico con ligeras notas frutales. Pasa por la boca
incluso con cierta delicadeza. Frío tiene que ser imponente como aperitivo con
unos encurtidos, o salazones de pescado.
Sigo con la Ginebra London Dry, realizada en vera por medio
de destilación contínua, es muy aromática y tremendamente compleja. Abre con
notas de cítricos (naranja y piel de lima), seguida por balsámicos, y notas especiadas
(canela y cardamomo). Sigue con delicados aromas de flor blanca. En boca se distingue
por su suavidad y elegancia. Una ginebra para tomarla sola, pero que debe
combinar muy bien con tónicas con aromas no muy marcados, como la Schweppes.
Finalizo con la Ginebra London Dry Reserve, que tiene una
ligera maduración en barricas nuevas de roble francés. Curiosísimos aromas de
panettone reciben en la nariz, acompañados como en su hermana por cítricos y
aromas florales, de menor intensidad. Dificilísimo identificarla en cata ciega,
se asemeja más al licor Drambuie, aunque algo más ligero. Una ginebra que ha
obtenido medalla de plata en el prestigioso concurso inglés “Gin of the Year”.
Vuelvo a casa con la
idea de que la experiencia ha merecido la pena. Tendré que seguir de cerca a
estos maníacos de Santamanía, aunque el nombre no me guste demasiado. La pasión
que ponen en su trabajo, y la puerta que me han abierto al mundo de los
destilados de calidad, me han picado la curiosidad. Espero que de su afán de
superarse, salgan nuevos productos , y de ellos nuevas historias.
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